jueves, octubre 27, 2005

Léase oyendo la "Revolution" de Nina Simone

Alguna vez proferí esto al buen Hal. Esta, para usted, compañerita de fotos, gracias por darme nombre.

Usted me deja pensando y ya, no me deja boquiabierto, porque eso es lo que busco tras leer algo que pretende decir algo. Acaso he de ser un insatisfecho y mediocre lector. Sus imágenes me llevan a un aletargado L.A. Confidential o a un Desayuno Naked que reboza las copas de Kafka. Una imagen es una imagen es una imagen. Sí, ¿y la esperanza? Esa esperanza que da el reflexionar consentidamente sin sentido. Yo busco y añoro, con los puños enjutos sobre el pecho, en fetal fatal caída, con ojos apretados, -esa imagen... ¿la recuerda?- en una habitación de adolescente chilango, la esperanza de salir al micro o a la orilla del estero con una idea que me conmueva el espíritu. Idea, no imagen. Idea no imagen. Uno piensa en ideas, siente en imágenes, dicen los clásicos ¿O qué, por ser clásicos son despreciables? ¿Sabe qué? Sus imágenes me gustan, como me gusta la Tutsi Pop o la hermana del panadero, mi bollera. Asequibles pero efímeras. Las ideas efímeras se convierten en risas y abrazos de borracho alegre, dirían los posmodernos. Me deja pensando en la esperanza ¿Que qué digo diría yo? Ya lo dije ¿Le gusta la idea? Si le gusta, quédese boquiabierta a mi salud. Si no, espere. Repito, soy un insatisfecho y mediocre, déme un poco de esperanza, gracias y un abrazo no’más, por favor.

You'd better put a spell on you

Nunca he dicho que no tengo nada qué decir. Nada. Es inútil complacer al vigilante que eres cuando en las noches de asalto vienes voyeur a ver la letra en la mano ajena. Lávate mejor los dientes y deja que te lleve de la mano con la madrugada a tu morada por los golpes habitación oscurita. No, sin miedo no se llega a nada. Ábrete en canal puta desconsolada y cómete este susurro a la boca, desesperado. Ahora mójate el pelo, mírate en el azulejo y corre arrastrando las patas de la cama. Tápate y suda. Ya se te aparecerá el embrujo y el espanto. Payaso. Que te lleve el buen diablo si no acabas diciendo ¡que me lleve el diablo! Que me salve la vida si no te dije algo.

viernes, octubre 21, 2005

Turbio Viernes

Hoy tengo embarrado el diario,
no hallo blues ni bolero para consolarme;
y es la estúpida carga de males que traigo,
la que no me deja fumar en paz.
¿Qué hacer entonces cuando sucede?
cuando sientes que el día ha sido todo de día
y que no metes ni tercera en el tráfico,
que la noche no’más llegará sino hasta el finde.


Nada, no vale la pena retroceder cuando no hay esperanza.

jueves, octubre 06, 2005

¿Qué nos une?

Las relaciones humanas provocan parpadeos. ¿Qué nos une? ¿Qué provocó nuestro encuentro? Algunos días y otras veces de noche me asalta la misma duda (las tardes se me escapan a un ritmo de somnolencia digestiva entre cuatro paredes).
Duermo, camino, tuerzo el cuello, manejo con la incertidumbre: ¿Qué intereses intentamos equilibrar? Las respuestas vienen “de a montón”, como cualquier capricho: un casete, un dulce, una sonrisa, un guiño, una mano en el hombro, un baile, una invitación, etc.
No es tan sencillo, me he encontrado sorpresas dentro de la feria, cuando entramos a la casa de los espejos y nos reflejamos infinitamente.
Me sorprende despertar y sentir la urgencia de comunicarme con alguien. He guardado silencio ante interpretaciones ajenas, por que coincido todo el tiempo con ellas.
Es difícil indagar en los nexos, en los conectores, en los atados y en las ligaduras, estamos juntos o hemos estado juntos por una sencilla razón: compartimos esa necesidad de recrear un espacio que siempre ha permanecido ausente y aletargado.
No es capricho, son dos, tres, cinco o diez destinos paralelos, que caminan inevitablemente buscando un momento viceral. ¿Qué nos une? No se.