En una de las escenas claves de la película “Manglar”, Matos, como se llama el personaje principal, se detiene en una gasolinera, kilómetros antes de llegar al mar, a comprar agua y un periódico. Reconoce una fotografía que aparece en la esquina del periódico: parece la imagen de la felicidad. De fondo, suenan los primeros acordes de “I´d have you anytime”, de Harrison, creando una sensación, en Matos, de estar viviendo en un sueño de brisa y cielo despejado.
Es el 18 de noviembre de 2007. Sabemos, como espectadores, por primera vez, que asistimos a una privilegiada cita con el futuro, con lo que no ha sucedido o con lo que a cualquiera le podría suceder. ¿Así lucirá el futuro?
En la foto del periódico, esta Emily sonriendo, jugueteando con el brazo de algún hombre y al fondo una combinación perfecta de palmeras y sol. La nota asegura que la fotografía es la traducción perfecta de la palabra amor, un saludo a una nueva vida llena de virajes entretenidos y recovecos llenos de imaginación. Matos, no lo duda.
El auto de Matos se aleja en una carretera que recorta manglares y esteros, el periódico yace en el asiento del copiloto, y a lo lejos se ve el mar. ¿Es que acaso Matos, es victima de la imposibilidad, del lenguaje, del deseo? Nadie lo sabe.
Es el 18 de noviembre de 2007. Sabemos, como espectadores, por primera vez, que asistimos a una privilegiada cita con el futuro, con lo que no ha sucedido o con lo que a cualquiera le podría suceder. ¿Así lucirá el futuro?
En la foto del periódico, esta Emily sonriendo, jugueteando con el brazo de algún hombre y al fondo una combinación perfecta de palmeras y sol. La nota asegura que la fotografía es la traducción perfecta de la palabra amor, un saludo a una nueva vida llena de virajes entretenidos y recovecos llenos de imaginación. Matos, no lo duda.
El auto de Matos se aleja en una carretera que recorta manglares y esteros, el periódico yace en el asiento del copiloto, y a lo lejos se ve el mar. ¿Es que acaso Matos, es victima de la imposibilidad, del lenguaje, del deseo? Nadie lo sabe.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario