jueves, julio 14, 2005

Fondo.

Me mira desde una posición extremadamente cómoda, desde el fondo, allá en la última fila del salón de clases, por decirlo de alguna manera, pero no es así, fuma y se queda mirando unos minutos como el placer se debilita hasta desaparecer en cenizas ¿la muerte o un cigarro que se consume con placer? o ¿el cigarro como fondo? Imagino, cuando la observo y ella juega con el plástico que envuelve su cajetilla de cigarros, que llora todo el tiempo aunque sus lagrimas sean invisibles, y su gesto incorruptible.
Esta un poco muerta desde hace tiempo y se ríe, su risa proviene de algún lugar lejano como el punto blanco que se negaba a desaparecer en la vieja tele de bulbos después de apagarse, un universo que lucha por sobrevivir, una metáfora al gran invento que es la ventana y que debería llamarse escape, toda una forma de sobrevivencia.
Nos quedamos callados, prefiero escuchar la música, ese remolino que poco a poco me ha logrado seducir, tal vez todo se resuma en que en verdad no me importa la opinión de alguien mas, ni la esperanza de alguien mas, ni la risa de alguien mas, ni el espíritu de alguien mas, ni los acentos de alguien mas, ni los consejos de alguien mas, ¿ridiculo no?, pero creo que son tiempos en que uno no esta para aguantar nada, que dan ganas de despegarse de todas esas manifestaciones pastosas, lentas y tan sufridas, con el mismo ímpetu/ansia/desesperacion que el altanero quita la mierda de su zapato, manteniendo el olor todo el dia.
Siempre nos quedamos callados, son nuestros fantasmas los que dialogan, juegan cartas, comparten el cigarro, tiran dados, hojean revistas, recuerdan peliculas, toman cafe, coinciden, mientras ella se asoma hacia el balcon en un gesto totalmente sucida, yo recargo mi cabeza en el sillon, cierro los ojos y temo desaparecer.
Me he vuelto un egoísta, un vicioso, un adicto que mira con placer el gran hongo de humo que destruye al mundo, desde el fondo de la musica, pegado a la pared a salvo del puñal, en donde seguramente nadie ni nada me puede sorprender, acaso la niña que llora, se quita la mierda del zapato, fuma, se rie y me mira como si yo cantara todas esas canciones que pongo en mi radio.

2 comentarios:

IVI dijo...

Ahh qué bueno! me ha gustado encontrar tu blog. Lo encontré por diezpalabras. Salud!

Anónimo dijo...

He llegado aquí a travé de Penélope. Te dejo el blog de un amigo,

http://www.bestiario.com/mvcuc

Ciao.